Pero, lo mejor, es disfrutar del Ebro como un lugar de ocio donde pasar el tiempo, donde navegar, donde relajarse, donde entrar en contacto con la naturaleza, donde ir. ¿Y cómo? Gracias a las ofertas turísticas y de ocio que se han organizado en torno a este paraíso natural, como es el caso de nuestros viajes turísticos a bordo de Lo Sirgador, un barco que quiere recrear los emblemáticos llaguts del siglo XIX que sirgaban el Ebro. O, practicando deporte, como el remo, en piragua o en kayak que ofrecen diferentes empresas en nuestro territorio; o el cicloturismo, con una amplia red de vías Verdes que cubren todo el territorio.
Alrededor del río, también podemos encontrar una serie de monumentos emblemáticos (torres, antiguas casas señoriales, molinos, antiguas industrias del olivo, castillos…) que nos abrazan para contar la historia de su pasado.
Y por supuesto, del Ebro todavía viven los restauradores de nuestras tierras, que producen sus platos con productos frescos y locales que provienen directamente del río o del mar.